
La carta refleja la situación a que se enfrenta el municipio, comparando la “encrucijada histórica” actual con lo ocurrido con el cierre de la verja en 1969.
Juan Franco detalla la situación socioeconómica, las elevadísimas tasas de desempleo, el bajo nivel formativo de ciertas capas de la sociedad, los problemas del narcotráfico y el contrabando de tabaco, la existencia de un término municipal exiguo y una economía dependiente de la de Gibraltar, como algunos de los motivos que justifican que la ciudad sea muy sensible a cualquier vaivén que se produzca.
Asimismo, recuerda la existencia de en torno a diez mil personas de La Línea de la Concepción que trabajan directamente en Gibraltar, así como la dependencia que padece el municipio sobre el consumo de los gibraltareños y de los propios trabajadores transfronterizos.
El alcalde hace hincapié en la solicitud cursada al anterior Gobierno de la Nación para la aprobación de un paquete medidas especiales, contenidas en el documento denominado “Plan Estratégico de Impulso y Crecimiento de La Línea de la Concepción”, consensuado con todas las fuerzas sociales y políticas de la ciudad.