El próximo 31 de enero se celebrará una reunión de la Mesa de Movilidad, convocada por la delegación municipal de Transportes y Movilidad Urbana que dirige la concejal Raquel Ñeco.
De esta forma se abre el proceso de participación activa de la ciudadanía y de los actores claves de la ciudad, para el estudio del borrador de la Ordenanza, tanto a través de la Mesa de la Movilidad, donde participan todos los sectores sociales implicados: representantes de asociaciones, colectivos ciudadanos y empresariales, asociaciones de vecinos y vecinas, asociaciones ciclistas, cooperativa del taxi, operadores de transporte públicos y privados, representantes de concesionarios del servicio ORA, parking municipales, sindicatos, asociaciones medioambientales y de accesibilidad universal, sindicatos, etc., además de consultas directas a través de la Comisión Asesora Municipal de carácter técnico interdepartamental, integrada por técnicos de las distintas aéreas que propongan proyectos o actuaciones en el marco de la Movilidad, entre otros, Movilidad Urbana, Policía Local, Urbanismo, Infraestructuras, Medio Ambiente y Subvenciones (Unidad de Gestión del Feder).
La disposición tiene su base en los cambios experimentados por el municipio a lo largo de los últimos años en lo relativo a movilidad y objetivos como la creación de itinerarios más accesibles, seguros y cómodos, los desplazamientos a pie y espacios más habitables en los que se elimine la contaminación ambiental y acústica del vehículo privado.
El documento, que sustituirá a la actual Ordenanza de Tráfico, tiene por objeto hacer compatibles las diferentes necesidades y usos, de forma equilibrada y equitativa entre las diferentes personas usuarias, garantizando la accesibilidad universal y los derechos de las personas con movilidad diversa, utilizando como criterio básico la prioridad escalonada entre los diferentes usos y desplazamientos, en función de la vulnerabilidad de las personas usuarias y los menores impactos ambientales generados, para garantizar la seguridad y la salud de las personas, la mejora de la calidad del aire y la protección del medio ambiente.
La nueva ordenanza podrá orden allí donde la actual suscita dudas a los distintos grupos de interés, que dificultaban tanto su entendimiento como su aplicación a la hora de perseguir situaciones molestas: la utilización indiscriminada de las plazas de carga y descarga, la circulación de bicicletas por aceras, o la rápida proliferación de nuevos vehículos de movilidad urbana. El objetivo es evitar convertirse en un catálogo de prohibiciones y sanciones, apostando por la claridad, la regulación, y la difusión de los valores de convivencia.
La ordenanza de Movilidad no pretende ser un compendio enciclopédico de todo el marco regulatorio del espacio público urbano, sino una aproximación general a los comportamientos en la movilidad y la estancia de viandantes, personas usuarias del transporte público, y de vehículos motorizados y no motorizados, recogiendo, sin repetirla, pero concretándola, la legislación de ordenación y de seguridad vial estatal, y avanzando más allá atendiendo a las necesidades particulares de nuestra ciudad.