La Mesa de la sequía del Campo de Gibraltar ha ofrecido hoy datos de la situación en la comarca, en una intervención de la presidenta de la Mancomunidad, Susana Pérez Custodio, acompañada por el consejero de Arcgisa y concejal linense, Manuel Abellán y el director general de Arcgisa, José Manuel Alcántara.
La presidenta informó de que las lluvias de Semana Santa ha conseguido superar “la situación de emergencia” existente y aunque no han sido suficientes para levantar las restricciones, conlleva cambios en las medidas adoptadas. Así se ha establecido para el uso urbano una modificación en el volumen de agua suministrado en los depósitos de cabecera de los distintos municipios, que se verá ampliado de 160 litros/habitante/día a 200 litros/habitante/día, calculándose la población afectada de cada municipio en función de la población real existente. En este sentido, y ante proximidad del período estival, la medida afectará directamente al uso de piscinas colectivas que estará permitidas, previa solicitud y autorización supeditada a que el municipio donde estén ubicadas cumpla con la dotación establecida (200 litros/habitante/día). Igualmente, se permitirá el uso de duchas en instalaciones deportivas públicas, pero no en las playas. En el caso de riegos y baldeos, permanecerán prohibidos, permitiéndose solo los riegos de subsistencia en el caso de especies protegidas. Con respecto a los usos industriales, que se encontraban con un 20 por ciento de reducción, tendrán una limitación del 10 por ciento sobre el volumen base. Por último, en el caso de los usos agrarios, el volumen de riego para el año hidrológico quedará reducido a un máximo de 4 hectómetros cúbicos, aplicándose a partir del mes de junio. Estos acuerdos estarán plenamente en vigor tras su publicación oficial y hoy trasladados a la Mesa Comarcal.
La actual situación de los embalses del Campo de Gibraltar presenta un 38,41 por ciento de su capacidad en el caso de Charco Redondo y el 51,11 por ciento en de Guadarranque, un escenario hídrico determinante para que el territorio pase a una situación de escasez severa, en la que sigue siendo necesario el control y las restricciones en el consumo, junto a una actitud responsable por toda la ciudadanía.