La delegación de Asuntos Sociales informa del buen desarrollo de los talleres enmarcados en el programa de prevención de drogodependencias que se están celebrando desde el mes de septiembre en las plazoletas de las barriadas de los Junquillos y Atunara, cofinanciada por la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía.
Durante el mes de septiembre han participado en estas actividades 238 menores, 148 de la barriada de los Junquillos y 90 de Atunara y San Bernardo. A través de las diferentes actividades planificadas se pretende el desarrollo de competencias para mejorar las habilidades personales y poder afrontar situaciones difíciles de la vida cotidiana, sin recurrir a las drogas. Los juegos están principalmente enfocados a mejorar la autoestima, el autoconocimiento, habilidades sociales y toma de decisiones.
El equipo de educadores tiene presencia en las plazoletas y calles de las barriadas en horario de tarde. Los martes y jueves desde las 3.30 de la tarde, en el Fortín de San Bernardo y a las 5.30, en la Plaza de la Luna de la Atunara. En los Junquillos, están los lunes están en Zona 1 a las 3,30 de la tarde y en Zona 2 a las 5.30. Miércoles y viernes en las actividades tienen lugar en Zonas 3 y 4 a las 3.30 y 5.30 de la tarde, respectivamente.
La teniente de alcalde delegada de Asuntos Sociales, Zuleica Molina, explicó que durante estos meses los menores, además de las actividades previstas en las plazoletas, realizarán distintas salidas para conocer los recursos que su ciudad les ofrece, continuando así con el programa “Conoce tu ciudad” iniciado este verano en colaboración con otras delegaciones municipales. “La intención es ir dándoles a conocer otros recursos del municipio, al tiempo que se refuerzan el aprendizaje y los valores dentro de su entorno habitual”, manifestó la edil. Actualmente se están realizando talleres de creatividad con motivo de Halloween, además de talleres de autoconocimiento y juegos cooperativos, en el que los objetivos y contenidos están coordinados transversalmente, trabajando emociones como el miedo, a través de una decoración y realización de caretas que se confeccionan con material reciclado.
Molina resaltó el trabajo que las monitoras realizan cada año en conceptos como la localización de espacios de reunión y juegos de los menores de la zona, sus hábitos, conductas, así también sus necesidades y demandas, “recogidas a través del acercamiento de los educadores de calle a su medio, personal que que se ha convertido en la clave fundamental de esta iniciativa”, concluyó.
